¿Sabías qué algunas especies de araña viven sólo en las oquedades de los árboles?

Las oquedades en árboles maduros proporcionan una variedad de hábitats para una alta riqueza de especies de diferentes grupos de artrópodos. Esta diversidad trófica junto con unas condiciones de temperatura y humedad más favorables que las que se encuentran en su exterior hacen de estos microhábitats un lugar apetecible para muchas especies de arañas. Algunas realizan visitas cortas, ya que son típicas de otro microhábitat o no tienen una especial preferencia por un microhábitat concreto. Otras las utilizan como refugio para pasar el invierno bajando de las copas durante el periodo en que los árboles caducifolios pierden sus hojas. También las hay que suben por el tronco, desde la hojarasca del suelo, en busca de alimento. Pero, existen algunas especies de arañas que viven todo el año en las oquedades, pudiendo ser consideras como verdaderas especialistas de estos microhábitats. 

La escasez de muestreos llevados a cabo en oquedades de árboles, especialmente sobre arañas en robles maduros, hacían prever la existencia de novedades taxonómicas en estos ricos microambientes. Para salvar este vacío de información, se llevó a cabo un estudio en bosques de las Áreas Naturales del Rebollar y la Sierra de las Quilamas, Salamanca utilizando trampas de emergencia; un método de muestreo absoluto y cuantitativo que permite colectar la fauna que vive en la oquedad en el momento que emerge de la misma.

Resultado de este muestreo se estudiaron 245 ejemplares de linífidos (familia Linyphiidae) pertenecientes a 15 géneros y 18 especies. En este estudio se reportaron numerosas novedades: se describieron ambos sexos de una especie nueva para la ciencia Scotinotylus vettonicus Barrientos & Hernández-Corral, 2020, además de la hembra, desconocida hasta ese momento, del endemismo ibérico Pelecopsis monsantensis Bosmans & Crespo, 2010. Esta última especie depende de las oquedades de los árboles para vivir, y hasta nuestro estudio se conocían muy pocos ejemplares. 

También se incrementó el número de linífidos citados en Castilla y León llegando a 40 especies, lo que representó el 13% de todos los citados para la Península Ibérica. Además se aportó la distribución espacial y temporal de varias de las especies.

Queda por investigar si el calentamiento global, los incendios forestales y los cambios en los usos del bosque puedan estar afectando a la supervivencia de las especies que, como P. montsantensis, dependen de este frágil microhábitat. 

Artículo completo en: https://doi.org/10.30963/aramit5912

Foto: Oger

*Estudio financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad CGL2011-23658 y CGL2016-78181-R.

 

Últimos Sabías Qué