Las especies pueden ser generalistas en el uso del hábitat o microhábitat en el que se desarrollan, o pueden ser especialistas. Sabemos que la pérdida de hábitats afectará en mayor medida a los especialistas que a los generalistas. Por lo tanto, esta característica tiene especial importancia en el riesgo de extinción de las especies ante posibles cambios ambientales. Ciertas especies de la Familia Cetoniidae destacan por su importancia funcional para el ecosistema, al contribuir sus larvas a la descomposición de la madera muerta, mientras que los adultos destacan como polinizadores.
Sin embargo, no todas tienen el mismo grado de dependencia por el microhábitat de las oquedades de los árboles. Cetonia aurataeformis ha sido destacada como una especie dependiente de las oquedades de los árboles, junto con Protaetia mirifica –especie catalogada como vulnerable en la lista roja de la UICN para el Mediterráneo y Europa–, sin embargo, especies como Protaetia cuprea, Protaetia opaca y Protaetia morio son más facultativas hacia este microhábitat, lo que las hace capaces de vivir en otros microhábitats y por lo tanto, menos dependientes de este sustrato.
A pesar de que las oquedades de los árboles son un sistema estable y biodiverso y duradero en el tiempo, la formación de este microhábitat tiene lugar en árboles que presentan aproximadamente unos 100 años de vida. Sin embargo, el abandono de las prácticas agrosilvopastoriles tradicionales–precursoras del mantenimiento de grandes árboles maduros y de la formación de estos microhábitats– junto con el aumento de la fragmentación de los ecosistemas, están reduciendo su presencia en el espacio y en el tiempo, y esto tendrá consecuencias devastadoras para aquellas especies que se desarrollen estrictamente en estos microhábitats saproxílicos, como en el caso de C. aurataeformis y P. mirifica.
Artículo completo en https://doi.org/10.1093/ee/nvz167
*Estudio financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (CGL2016-78181-R) y (BES-2017-080278).