¿Sabías qué el abandono del manejo tradicional del bosque disminuye la diversidad saproxílica?

En los bosques con manejo tradicional como las dehesas, el cerramiento del matorral es uno de los primeros efectos del abandono del pastoreo. En bosques adehesados con pastoreo moderado la cobertura de matorral suele estar entre el 5 y el 25%, mientras que cuando esta actividad se abandona, dicho porcentaje puede superar el 90%. Esta matorralización, lejos de favorecer la diversidad saproxílica, produce un efecto negativo en la riqueza de especies y en la abundancia de individuos de escarabajos. 

Por otro lado, el manejo del arbolado, como el trasmocho y o las podas ligeras, favorecen la formación de oquedades arbóreas a largo plazo. Estas oquedades contribuyen a incrementar la riqueza de especies de escarabajos saproxílicos. Y es que, en general, los microhábitats que ofrecen los árboles son el resultado del proceso de senescencia de los mismos, el cual se ve acelerado por el manejo que se hace del árbol. La presencia de galerías de Cerambyx en el tronco de los árboles también puede considerarse como un signo de senescencia que puede ser percibido como una amenaza para el arbolado. Sin embargo, la presencia de estos árboles perforados por los Cerambyx, también puede contribuir a favorecer la diversidad saproxílica de ciertos gremios de escarabajos como por ejemplo los depredadores. De esta forma, las galerías de Cerambyx pueden favorecer la redundancia funcional de las comunidades saproxílicas, y no es baladí, pues bosques diversos y con una adecuada redundancia funcional están mejor preparados ante una posible pérdida de especies debida a cambios ambientales. Es decir, son comunidades más resilientes. 

No todos los efectos del manejo tradicional del bosque conllevan un aumento de la diversidad saproxílica, de hecho pocas variables son tan negativas como la retirada de madera muerta en suelo, ya que la presencia en suelo de tocones, ramas o troncos, y arboles muertos caídos o en pie, son una pieza clave para el mantenimiento de la diversidad forestal de insectos y otros invertebrados, siendo también refugio para muchas especies de vertebrados. El uso de la madera para leña por parte de las comunidades locales en estos bosques adehesados y las políticas anti incendios hace que, a menudo, el volumen de madera muerta pueda ser de tan sólo 5m3/ha o menos. Sin embargo, sabemos que los valores de madera muerta necesarios para mantener una diversidad saproxílica adecuada, se encuentran entre el 20 y 50 m3/ha. No debemos olvidar que una diversidad saproxílica adecuada asegura el reciclado de nutrientes, nos proporciona polinizadores y sirven de alimento para otros animales de la cadena trófica como aves y mamíferos. Pero también nos ayuda a controlar las plagas forestales. De esta forma también contribuyen a mantener la salud de los bosques y a protegernos indirectamente de los incendios forestales.

En bosques con manejo tradicional, “la regla del 20” nos puede ayudar a mantener la diversidad saproxílica. Esta regla consiste en que el porcentaje de matorral no supere el 20%, que el de árboles con oquedades supere el 20% y que el volumen de madera muerta en suelo supere los 20m3/ha. Las dos primeras condiciones se suelen mantener por sí solas cuando mantenemos una actividad pastoril adecuada. Sin embargo, el creciente abandono de estas prácticas tradicionales puede tener graves consecuencias sobre la diversidad saproxílica y por ende sobre la salud y el funcionamiento de estos bosques que durante tanto tiempo ha modelado el ser humano.

Artículo completo en https://doi.org/10.1016/j.foreco.2022.120402

*Estudio financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (proyectos CGL2016-78181-R) y por el Ministerio de Ciencia e Innovación (PID2020-115140RB-I00 / AEI / 10.13039/501100011033)

 

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